Informaciones e imágenes del monumento también conocido como el Castillo de la Cuba
Palacio real de ocio y descanso del siglo XII
El Palacio de la Cuba fue un edificio de ocio y descanso construido en el siglo XII al interior de un complejo de parques reales y reservas de caza. Su estructura es similar a la del Palacio de la Zisa, aunque más sencilla. Su estado de conservación sin embargo es bastante peor.
El palacio de la Cuba visto desde el área antiguamente ocupada por el estanque. A la derecha se ven las caballerizas que se construyeron en época sucesiva.
Es posible acceder a su interior gracias a unas estructuras de metal que se han sobrepuesto al suelo de la planta noble, suelo que con el paso del tiempo se ha derrumbado sobre el sistema de canalizaciones del sótano.
Sobre el salón central el palacio tenía una gran cúpula, visible desde la distancia, llamada en lengua árabe la Qubba. En Wikipedia se puede ver una reconstrucción visual del monumento, obra del pintor Jean-Pierre Dalbéra.
El exterior del monumento
El palacio se encuentra al interior de un área que se identifica, más o menos, con el estanque que en su origen le rodeaba por tres cuartas partes. Toda el área está rodeada por unos barracones en ruina, pertenecientes al Ejercito Italiano.
El área frente al monumento con los barracones militares al fondo
Vista en perspectiva
Desde el área frente al monumento se puede tener una vista en buena perspectiva del edificio, teniendo en cuenta que no estamos viendo su fachada principal (esta se encuentra en el lado contrario al que no se puede acceder).
El palacio de la Cuba visto desde los barracones militares abandonados. A la izquierda, siguiendo el costado del edificio, es posible acercarse a la fachada principal, a la que solo es posible ver de perfil.
Las inscripciones en caligrafía cúfica
Las cornisas altas de la fachada este del edificio, a las cuales faltan algunas piezas, presentan unos relieves escritos en caligrafía cúfica. En el siglo XIX, durante la excavación llevada a cabo por Michele Amari, un estudioso de la cultura árabe de Sicilia, se hallaron las piezas perdidas (están expuestas en las caballerizas).
Las inscripciones en caligrafía cúfica en la cornisa de la fachada este del palacio.
Gracias al hallazgo se ha podido traducir todo el contenido de las inscripciones. En ellas se alaba la magnificencia del interior del palacio y de su creador, el rey Guillermo II.
Las bocas de agua
Si se observa el costado derecho del palacio se reconoce la ubicación de unas bocas de agua, de las cuales quedan hoy tan solo los agujeros. Desde allí el precioso líquido, procedente de la fuente en forma de estrella situada al centro del salón, se derramaba en el estanque.
Las bocas de agua en los muros exteriores del palacio. Se ve a la izquierda la escalera por donde se accede al interior del monumento
Las caballerizas convertidas en sala expositiva
Frente al costado norte, o sea entre el Corso Calatafimi y el palacio, están las caballerizas. En su interior se encuentran unos paneles que explican a los visitantes la arquitectura y la historia del monumento.
El interior de las caballerizas.
También se exponen las inscripciones de las cornisas superiores que han sido rescatadas de entre los escombros durante las excavaciones del siglo XIX, las que llevó a cabo Michele Amari.
Las molduras con relieves de escritura cúfica expuestas al interior de las caballerizas.
El interior del monumento
Para visitar el interior del palacio se accede a través una escalera adosada a la torre de la fachada este, donde se abre un portal secundario. El acceso principal del palacio está en el lado opuesto y, de momento, no es transitable.
El arco del salón que conecta con el portal principal. Si se observan las paredes altas del salón pueden verse cuatro de los ocho puntos de apoyo (hay dos por cada rincón) que sostenían el tambor octagonal sobre el cual descansaba la gran cúpula central.
El palacio es de planta rectangular. Al centro de cada lado hay una estructura que sobresale del edificio dando lugar a las cuatro torres que, con una función más decorativa que defensiva, enmarcaban la gran cúpula que cubría el palacio (la Qubba).
Las pasarelas para visitar el interior
El suelo del palacio, al igual que su techo, se ha perdido. Para facilitar la visita del interior se han instalado las pasarelas que transitan por la antesala tras la fachada este (por donde se entra), alrededor del salón principal y hacia el portal principal.
El interior del palacio visto desde el portal principal. Al fondo se ve el actual acceso, situado en la fachada este del edificio.
El agua del Gabriel
Al centro del salón había una fuente en forma de estrella alimentada por un conducto de agua que procedía desde las Fuentes del Gabriele, ubicadas bajo las laderas del Monte Caputo, al final del Corso Calatafimi (estas fuentes aún existen y hoy alimentan la red hídrica urbana).
La escalera interior que conecta con el sótano del palacio, donde se encontraba la canalización desde la cual el agua se repartía hacia el estanque a través de las bocas que hemos visto en el exterior.
El sótano y las canalizaciones
Bajo el portal secundario, por el cual hemos entrado al palacio, se ve una escalera que comunica con el sistema de salas, pasillos y canalizaciones bajo la planta noble (ver) que repartía al exterior, a través de las bocas que hemos visto antes, el agua procedente de la fuente del salón.
El salón central del palacio. Al centro se encontraba una fuente en forma de estrella que se ha perdido.
Las muqarnas
Los espacios correspondientes a las torres laterales quedan integrados en el salón. En uno de ellos pueden verse unas muqarnas que, en parte, han sobrevivido al paso del tiempo.
Las muqarnas que quedan en correspondencia de la torre sur.
Bajo su reinado también se llevó a cabo, no muy lejos de este lugar, la construcción de la Cuba Soprana, cuyos restos hoy se hallan integrados en la Villa Di Napoli, y del Palacio de la Zisa, que había si sido impulsada en el año 1165 por su padre y predecesor (Guillermo I de Sicilia).
La Villa Di Napoli, antigua residencia palermitana de los Ventimiglia, con los restos de los muros de la Cuba Soprana integrados en su estructura. En el jardín de la villa, hoy parque municipal, se puede visitar la Piccola Cuba.
El Genoard
El palacio estaba al interior del parque real del Genoard (del árabe Jannat al-ard que significa paraíso-jardín en la tierra).
El parque combinaba la tradición de las reservas reales de caza de las monarquías del norte de Europa con los palacios de ocio y contemplación construidos por los emires musulmanes. Aquellos palacios donde se retiraban para meditar y también para disfrutar de los placeres terrenales que les proporcionaban sus riquezas y su harem.
La fachada principal (oeste) vista de perfil.
La novela del Decameron
La fama del Palacio de la Cuba se difundió en toda Italia y perduró más allá de su época. Después de siglo y medio de su construcción, durante la década de los '40 del siglo XIV, el celebre novelista florentino Giovanni Boccaccio la menciona en una de sus novelas, la Novela Sexta de la Quinta Jornada del Decamerón.
En la novela, el rey Federico II de Sicilia se encapricha de una hermosa joven de Isquia (una isla frente la costa de Nápoles) que será secuestrada por unos marineros sicilianos y llevada, cautiva, a Sicilia. Su joven prometido salió en su búsqueda y "...luego de mucho buscar, encontrando que la joven había sido regalada al rey y por él estaba vigilada en La Cuba, se enfureció mucho y perdió la esperanza, no ya de poder nunca volver a tenerla sino de verla tan sólo". El cuento tiene un desenlace feliz y el rey, arrepentido, libera la muchacha que tenía prisionera y permite que se case con el joven.
La pared derecha del salón principal del palacio donde se encuentran las únicas muqarnas que han quedado. El suelo de la planta noble, como puede verse, está ausente y para permitir el acceso hay una pasarela de metal que rodea el perímetro interior del palacio en ruinas.
La decadencia del palacio
Durante una una pestilencia que tuvo lugar a finales del siglo XVI el palacio, ya en decadencia, fue transformado en lazareto. Terminada la época de las recurrentes epidemias que asolaban la ciudad, el palacio será transformado en acuartelamiento de soldados.
El restauro en los '80 del siglo pasado
Después de la unificación nacional (1860), su propiedad será reclamada por el Reino de Italia que le destinó al mismo uso (acuartelamiento de sus tropas de caballería). Después de la II Guerra Mundial el conjunto será entregado a la Región Siciliana que, en la década de los '80, procedió a su parcial restauro.
Ubicación, Horarios y Precios
Ubicación
El acceso al Palacio de la Cuba se encuentra a lo largo de la avenida (Corso Calatafimi) que desde la Piazza Indipendenza (al salir de la Porta Nuova) sube hacia Monreale cruzando la ronda A90.
El portal exterior en el Corso Calatafimi (siguiendo hacia arriba por la avenida se encuentra un semáforo desde el cual, girando a la derecha, se llega en pocos minutos a las Catacumbas de los Capuchinos).
El trayecto, desde la Porta Nuova (a través de la Piazza Indipendenza) solo mide un kilometro. El Portal está en el número cívico 100 del Corso Calatafimi (ver ubicación).
Horarios
El monumento se puede visitar de lunes a sábado desde las 09:00 hasta las 19:00 (último billete a las 18:30).
Precios
El precio del billete es de 2€, para los menores de 12 años hay un descuento del 50%.
¿Aceptas las Cookies?
panormus.es utiliza cookies para mejorar tu experiencia en la web