Residencia Real de los Borbón de Nápoles en el Parque de la Favorita
La Casina dei Colli, una excéntrica masión señorial
Llamada Casina dei Colli antes de ser convertida en la Real Villa dei Colli, esta mansión fue la exótica residencia de veraneo que un excéntrico aristócrata palermitano, Giuseppe Maria Lombardo, se construyó a finales del siglo XVIII.
En la ciudad se hizo famosa con el nombre de Villa delle Campanelle debido a que estaba adornada, al estilo oriental, con unas campanillas que resonaban con el viento y se oían desde la distancia.
Fernando I de las Dos Sicilias
Al verla el rey Fernando I de las Dos Sicilias, se encaprichó en seguida de ella y quiso comprarla. Después contrató los más renombrados artistas de la ciudad para reformar el inmueble. Así nació la Palazzina Cinese, residencia de ocio y descanso de los Borbón de Nápoles.
Exteriores y jardín
Frente a la Palazzina Cinese se encuentra una gran plaza circular a la que se accede a través de una pequeña puerta situada a la izquierda del portal (ver), hoy cerrado al tráfico de coches, que da al Viale Duca degli Abruzzi, donde los visitantes suelen dejar aparcado el vehículo. También hay una parada de autobús.
Las demás edificaciones
Todas las edificaciones de estilo chino que rodean la Palazzina Cinese, incluidas las dependencias colindantes el lado este, el que mira hacia el Monte Pellegrino, y los dos Pabellones de los Cazadores (ver), ubicados en correspondencia de la Piazza Niscemi, fueron creadas en el ámbito de la reestructuración de la Villa delle Campanelle.
El aspecto exterior
La Palazzina Cinese es una construcción que se desarrolla sobre cinco plantas, desde la planta baja hasta la Habitación de los Cuatro Vientos, situada en lo más alto, cuyo techo en forma de pagoda es visible desde todos los alrededores. Los estucados y las pinturas del revestimiento, obra del decorador napolitano Raimondo Gioia, llevan unos llamativos colores ocre, rojo y verde.
El Jardín Italiano
El Jardín Italiano está repartido en cuatro parterre por dos ejes que forman una cruz con al centro un seto en forma de estrella exagonal, en cuyos extremos laterales se injertan las dos Fuentes de los Dragones.
Las dos Fuentes de los Dragones
Estas muestran un motivo decorativo, las criaturas mitológicas, muy utilizado también en el interior del edificio.
Al final del eje central se encuentra otra fuente circular detrás de la cual se halla el acceso (cerrado) al siguiente jardín, de estilo inglés, donde hoy se encuentra el parque de diversiones La Città dei Ragazzi.
El dibujo de los setos
Los setos de cada uno de los cuatro parterre forman un dibujo que solo puede apreciarse desde los balcones y las ventanas de la mansión, o bien puede divisarse en los paneles explicativos situados a lo largo de todo el jardín y del patio frontal del monumento (ver panel explicativo del monumento).
El gigantesco Ficus
En el lado derecho del jardín, en correspondencia de la fuente derecha, se accede a un corredor cubierto por unas trepadoras (ver) que permite llegar hasta el gigantesco ficus situado cerca de la Palazzina Cinese, detrás del Museo Pitrè, cuya mole supera con creces la de la mansión.
La planta noble
Se accede al interior desde el portal principal, situado en la primera planta bajo el pórtico de la fachada, al que se sube a través de una escalera de doble rampa (ver). El recorrido está preestablecido (hay que seguirlo) y comienza atravesando la Galería, el gran salón central.
Los frescos
Los frescos que decoran esta primera planta, con la excepción de las habitaciones del rey, son obra de Vincenzo Riolo, yerno de Giuseppe Velasco, que durante su estancia en Roma se especializó en la pintura neoclásica, de la cual veremos un ejemplo en una de las habitaciones de la reina.
La Sala de juegos
El recorrido, después de la Galleria, nos introduce la Sala de juegos, una sala decorada enteramente al estilo chino, situada en una de las esquinas de la primera planta. Desde allí se pasa a un cuarto intermedio que conecta con una de las escaleras que suben hacia la segunda planta (ver), donde están las habitaciones de las damas de compañía.
Después de haber visitado la segunda y tercera planta, se baja otra vez a la primera por otra escalera simétrica a la anterior (ver). Nosotros seguimos de momento viendo que más hay en esta planta noble.
Los aposentos del rey Fernando
Se puede ver este sector de la mansión desde las dos habitaciones situadas en ambos extremos, pero no se puede acceder a el. El dormitorio, como nos dice un panel explicativo, ha sido cuidadosamente restaurado, reconstruyendo lo se haya perdido, según la minuciosa descripción de 1807 escrita por Antonio Ferrari, encargado supervisor de textiles y tapicería del rey Fernando I.
La decoración
Los techos de la alcoba, y de los dos pasillos que la rodean, son en forma de pagoda, la misma estructura que volveremos a ver en la habitaciones de la reina, en la tercera planta de la mansión.
El trabajo de cincelado de los soportes del baldaquín de la alcoba, sobre mármol pórfido rojo, fue realizado en 1805 por el escultor Giosè Durante. Los trabajos de tallado de la madera, de la misma época, son de Gaetano Spinoso. Los frescos de las bóvedas de los aposentos reales son obra del reconocido pintor Giuseppe Velasco.
El comedor
Esta sala, que mira hacia el Monte Pellegrino, está decorada con frescos que reproducen unos paisajes naturales de oriente, en los cuales se ven unos campesinos trabajando.
La Table Muovant del Pequeño Trianón
Los comentaristas de la época reportan que el rey Fernando no gustaba comer en presencia de los sirvientes, debido a ello le pidió al arquitecto Marvuglia que proyectase un mecanismo, inspirado en la Table Muovant del Pequeño Trianón, la residencia preferida de la reina de Francia María Antonieta, hermana de su esposa Carolina. El mecanismo se utilizaba para cambiar los platos de la mesa sin la asistencia de la servidumbre.
La Tavola Matematica de la Palazzina Cinese
La mesa, llamada Tavola Matematica (Mesa Matemática), funciona gracias a un mecanismo instalado en la planta baja situado en un cuarto conectado, por un pasadizo subterráneo, a las cocinas ubicadas en las dependencias colindantes, las cuales se visitan desde el interior del Museo Pitrè.
La escalera de caracol
Visitado el comedor, bajando por una escalera de caracol el recorrido nos lleva hacia la primera planta, que casi es un sótano, donde se hallan la sala de billar y el salón de baile. Por supuesto los invitados accedían desde el exterior.
Alojamientos de la servidumbre y de las damas de compañía
En la segunda planta, cuya altura está más reducida, se encuentran las habitaciones de las damas de compañía de la reina, por donde sigue el recorrido después de visitar la sala de juegos de la primera planta. Estas se conectan con la planta baja y con las habitaciones de la reina a las cuales se llega a través de una escalera de caracol.
Las decoraciones de este sector nos dan un ejemplo de como eran las viviendas burguesas de la época. Paralelamente al sector de las damas, se hallan las habitaciones destinadas a la servidumbre. En los extremos de su corredor central se abren las ventanas que dan a los pórticos de ambas fachadas.
Aposentos de la reina
En la tercera planta de la mansión se encuentran los aposentos de la reina Carolina de Austria. Sus preferencias personales determinaron que el estilo de las decoraciones siguiera un patrón distinto del que hemos visto en la primera planta.
La Sala Turca
Se llega a la Sala Turca a través de la escalera de caracol que sube desde las habitaciones de las damas de compañía. Al subir se ve el techo cubierto con una estructura en forma de pagoda, que nada tiene que ver con la decoración de esta sala.
Tres ambientes se reparten la tercera planta
Esta tercera planta dispone de tres ambientes. Dos habitaciones situadas en los extremos, en correspondencia de los balcones en forma de media luna que hay sobre los pórticos de ambas fachadas, y un cuarto central.
La Sala Pompeyana
El cuarto central es una sala de te llamada Sala Pompeyana, decorada según el estilo neoclásico preferido por la aristocracia de la época. Los grandes lienzos que decoran las paredes fueron pintados por Vincenzo Riolo, quien fue el más reconocido interprete de la pintura neoclásica en la Palermo de la época. Los frescos que decoran la bóveda del techo de esta sala (ver) son obra de Rosario Silvestri.
El dormitorio de la reina
En el lado opuesto a la Sala Turca se encuentra el dormitorio de la reina, con unas decoraciones de puro estilo neoclásico. María Carolina, que era aficionada a la pintura, pintó en esta habitación unos medallones con los retratos de algunos de sus familiares, utilizando una técnica de dos colores (blanco y gris) sobre fondo azul, con pintura dorada escribió una dedicatoria por cada retrato.
En el retrato de su esposo escribió: Il mio sostegno, 'Mi sustento' (ver). En el dedicado a una de sus hijas escribió: Mia cara figlia, 'Mi querida hija' (ver). Curiosamente en su autorretrato puso Me stesso (Yo mismo), cometiendo un error de ortografía que nadie se atrevió a corregir.
Salas de billar y de baile
Se llega a la planta baja a través de la escalera de caracol que procede del comedor (ver). Otros cuatro accesos están al exterior, bajo los pórtico de ambas fachada. Dos en la principal, por donde los invitados accedían al salón de baile directamente desde el exterior, y otros dos en la fachada norte, la que da al Jardín Italiano.
La sala de billar
Nada más bajar se accede a la >Sala de billar, una gran sala cuadrada donde el soberano jugaba al billar con sus invitados, juego que en el formato actual se remonta al siglo XVIII.
El fresco del Velasco
La sala está decorada en estilo neoclásico por frescos del Velasco. Sobre la entrada, el pintor de origen española creó, utilizando la técnica del trampantojo, un fresco que simula una antigua construcción de la antigüedad clásica medio derruida cuyas infiltraciones dañan la bóveda de la sala de billar.
El salón de baile
Al centro de la planta baja, bajo la Galería de la primera planta, se halla el salón de baile. En los extremos, bajo los pórticos de media-luna, se encuentran dos pequeños anfiteatros en los cuales se instalaban los músicos.
Decoraciones en estilo Luis XVI
El mobiliario y las demás decoraciones en estilo Luis XVI son las originales que el soberano se trajo de Nápoles cuando, bajo la amenaza de las tropas de Napoleón, tuvo que refugiarse en Sicilia, cuyas costas quedaron bajo la protección de la Armada Británica. Los frescos son obra de Giuseppe Velasco.
Los baños
Al otro lado del salón de baile, en el ala oeste de la planta baja, conectados con los aposentos del rey por una escalera de caracol, están los baños. Los visitantes acceden a ellos desde el vestíbulo, conectado con el salón de baile.
Esta sala, al igual de la situada en el extremo opuesto, donde se puede ver la bañera del rey, tiene planta en forma de elipse. Al centro está la sauna, con su planta de herradura en cuyo lado recto se ve el rellano de la escalera de caracol que baja desde el dormitorio.
Añorando las reservas de caza de las que disfrutaba en las cercanías de Nápoles, quiso recrearlas en Sicilia. Así nacieron, gracias al apoyo recibido por los aristócratas locales, varias reservas reales de caza:
La de Scopello, hoy reserva natural del Zingaro; la de Ficuzza, también reserva natural, la de Calatafimi, fagocitada por el desarrollo urbano alrededor del Corso Calatafimi y, situada en la fértil Piana dei Colli, la más importante de todas, a la que el soberano quiso dedicar el apodo de su querida residencia real de Portici: la Favorita.
La Real Villa della Favorita
Mientras la reserva de caza de la Favorita se iba creando, la Villa delle Campanelle, de la cual Fernando I se había encaprichado nada más verla, fue puesta a la venta por su propietario y así el soberano pudo adquirirla.
Las reformas de la Villa delle Campanelle
La mansión fue transformada por la mano del arquitecto Giuseppe Venanzio Marvuglia, quien también se hará cargo de crear el conjunto de dependencias que hoy son la sede del Museo Etnográfico Siciliano Giuseppe Pitrè (cerrado hasta fecha indefinida). Las decoraciones fueron encargadas a los mejores artistas de la ciudad, quienes realizaron refinados trabajos de carpintería en madera y en metal.
Los trabajos de los artistas locales
Para recubrir con frescos las paredes del interior fueron contratados reconocidos pintores, entre ellos Giuseppe Velasco, pintor palermitano de origen española que gozaba de gran consideración en la corte real. Estos lograron crear una atmósfera exótica que, gracias a un acertado restauro, se ha conservado hasta nuestros días.
Las Guerras Napoleónicas
La Palazzina Cinese solo fue utilizada por la familia real durante las Guerras Napoleónicas.
Horatio Nelson y Emma Hamilton
Entre sus ilustres huéspedes se recuerdan el almirante Horatio Nelson y su querida Emma Hamilton, intima amiga de la reina María Carolina de Austria (esposa de Fernando y hermana de la reina de Francia María Antonieta), quienes en 1799 disfrutaron de la hospitalidad de Fernando I mientras la Armada Británica recalaba en Palermo en la espera de hacer rumbo hacia Nápoles.
La Unidad de Italia (1860)
Con el fin de las Guerras Napoleónicas y el regreso de la familia real a Nápoles, la mansión fue clausurada. Después de la Unidad de Italia (1860), la Palazzina Cinese pasó a ser propiedad del recién creado Estado Italiano sufriendo cierta decadencia hasta que, en 1935, el Ayuntamiento de Palermo consiguió hacerse con el inmueble.
Los tiempos más recientes
Fue entonces cuando, en las dependencias del palacio, se instaló el Museo Etnográfico Giuseppe Pitrè. En el año 1987, después haber estado abierta a las visitas y utilizada para celebrar bodas civiles, la Palazzina Cinese fue cerrada por restauro hasta el diciembre de 2008, cuando ha vuelto a abrir sus puertas como atracción turística de la ciudad de Palermo.
Horarios y precios - cómo llegar
Horarios y precios
La visita de la Palazzina Cinese es gratuita. El horario de visita es el siguiente:
Martes y miercoles, desde las 9:00 hasta las 14:00.
Jueves viernes y sábado, desde las 9:00 hasta las 19:00.
El primer domingo de cada mes desde las 9:00 hasta las 13:00.
el precio del billete es de 2€.
Cómo llegar
Para ir en autobús están la línea 616 y la línea 645, ambas tienen su terminal en la calle Antonino Cassarà, situada justo frente al estadio de fútbol Renzo Barbera. Si se procede desde el centro ciudad hay que tomar el bus lanzadera de la línea 101 (hay un autobús cada 10 minutos) que hace terminal en el Viale del Fante, la calle que pasa frente al estadio de fútbol, desde allí solo hay que doblar la esquina frente a la entrada del estadio para hallar la otra terminal donde paran los autobuses de la línea 616 y 645. La parada para bajarse está en frente de la Palazzina Cinese.
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