Antigua residencia de los Beccadelli de Bolonia, el palacio fue adquirido en 1640 por Francesco Alliata di Villafranca. En su interior se custodian antigüedades y obras de arte, entre las que destacan tres pinturas de los flamencos Matthias Stom y Anton van Dyck. Tres salones de la planta noble, además de otras dependencias, son accesibles al público durante la visita del palacio.
La fachada del Palazzo Alliata di Villafranca en la Piazza Bologni.
Los descendientes de Francesco Alliata han habitado este palacio hasta la segunda mitad del siglo pasado, cuando Rosalia Correale Santacroce, viuda y heredera de Giuseppe Alliata di Villafranca, lo dejó en herencia al Seminario Arzobispal de Palermo.
La fachada del palacio se remonta al año 1748 y ha sido retocada a principios del '900, con la creación de unos locales comerciales en la planta baja. Actualmente necesita un restauro. La planta baja se encuentra afeada por las persianas metálicas de unas tiendas hoy cerradas.
Un detalle de la fachada del Palazzo Alliata.
Los dos portales
El palacio cuenta con dos portales gemelos. El de la derecha, cerca de la Via Vittorio Emanuele, es el principal. El otro es por donde salían los carruajes que repartían el correo (los Alliata tenían la concesión del reparto de correo en toda Sicilia). Cada portal muestra dos nichos que contienen una estatua (a la izquierda está Diana, diosa de la caza, a la derecha Vesta, diosa del hogar).
El portal principal del Palazzo Alliata.
La lápida dedicada a Giuseppe Garibaldi
Sobre el portal derecho se ve una lápida que recuerda el paso por el palacio del héroe nacional Giuseppe Garibaldi.
En los tumultuosos tiempos posteriores a la expulsión de los Borbón de Nápoles, los aristócratas de la ciudad hicieron lo posible para mostrar a la enfurecida población que, durante la revuelta acaudillada por Garibaldi, ellos estuvieron todo el tiempo de su lado.
La lápida sobre el portal principal.
Los escudos de la Casa Alliata de Villafranca
Los dos escudos de la Casa Alliata de Villafranca, uno por cada portal, fueron moldeados en estuco por el escultor Giacomo Serpotta.
El escudo de la Casa de Alliata y Villafranca situado sobre el portal principal (el derecho).
El patio interior
Al pasar por el portal se llega a un pequeño patio desde el cual, a través de un portal interior, se accede a la escalera que conduce a la planta noble del palacio.
El patio interior con el portal.
La galería entre los patios
Este patio se comunica por una galería con el otro patio que corresponde al portal gemelo. Allí se custodian algunos de los carruajes que, en la época en que los Alliata eran los concesionarios del correo estatal, se hacían cargo del reparto de cartas por toda la isla.
La galería que conecta los patios de ambos portales.
La planta noble
Nada más pasar por el portal del patio interior, se sube a la planta noble del palacio a través de una escalera cuya decoración, de aspecto neo-medieval, se remonta a las últimas reformas del palacio (principios del siglo pasado).
La escalera que sube desde el portal que da al patio.
El Salón de los músicos
La escalera conduce a un rellano desde el cual se puede acceder al Salón de los músicos, una amplia sala reformada en estilo neo-medieval que suele ser utilizada para convenios.
El Salón de los músicos durante un convenio.
El Salón del Escudo
Desde el mismo rellano, atravesando una doble puerta, se accede al Salón del Escudo. Debido al valor de muebles, decoraciones y obras de arte del área noble del palacio, a partir de este momento la visita cuenta con la presencia de una azafata del palacio.
El Salón del escudo. Al centro se ve una silla de manos, detrás está la puerta que conduce a la Sala barroca. A la derecha vemos el escudo de la Casa de Alliata di Villafranca.
El escudo de la Casa de Alliata di Villafranca
El escudo de la Casa de Alliata di Villafranca puede verse en la pared sur (derecha). En origen situado al centro del pavimento de uno de los salones, el escudo fue desmontado y reinstalado en la pared para su mejor conservación.
El escudo de la Casa de Alliata di Villafranca.
La Sala Barroca
Desde el Salón del escudo se accede a la Sala Barroca. En esta sala se expone La Crufixión de Anton van Dyck, cuadro pintado en 1624 durante la estancia en Palermo del pintor flamenco.
La Sala Barroca donde se expone la Crucifixión de Anton Van Dick, el cuadro que vemos al centro de la pared.
La Sala Barroca se conecta con el ala sur del palacio, la cual se encuentra en espera de restauro. El acceso a ella está vedado durante la visita.
La Sala Barroca del Palazzo Alliata di Villafranca. La puerta que se ve abierta conecta con el ala sur del palacio.
El Salón de baile
Colindando a norte del Salón del escudo se encuentra el Salón de baile. En la pared del fondo se ve el retrato de cuerpo entero del sexto príncipe de Alliata y Villafranca, don Fabrizio Alliata Colonna, vestido en hábito de ceremonia.
El Salón de baile. A la izquierda se ve cuadro pintado por Matthias Stom, al fondo se ve Fabrizio Alliata Colonna, príncipe de Villafranca y duque de Salaparuta.
El Tributo de la Moneda
En la pared interior se expone uno de los dos cuadros de Matthias Stom que adornan este salón, el Tributo de la Moneda.
El Tributo de la Moneda, de Matthias Stom.
La Lapidación de San Esteban
Entre las dos puerta-ventanas que se abren a la Piazza Bologni se encuentra La lapidación de San Esteban, el otro cuadro de Matthias Stom que se custodia en este salón. El cuadro está colgado en correspondencia de una tercera puerta-ventana del salón que ha sido murada.
La pared que da al exterior, con la Lapidación de San Esteban, de Matthias Stom.
La pared de la chimenea
El Salón de baile tiene, en la pared que separa ambos salones, una chimenea. El espacio sobre cada una de las puertas está decorado con un cuadro enmarcado por una decoración de madera tallada y barnizada en color oro, como toda las puertas y ventanas de los salones de la planta noble.
El Salón de baile visto desde otro ángulo. Se ve la chimenea y las dos puertas que le conectan con el salón colindante.
A la derecha de la pared se puede observar que hay un pasadizo, pequeño y bien disimulado, que utilizaba la servidumbre para atender a los señores de la casa y a sus huéspedes.
La puerta del pasadizo de la servidumbre.
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