Oratorio de la Compañía de Santa María de la Consolación
La fundación Oratorio de San Mercurio, por la Compañía de Santa María de la Consolación, se remonta al año 1557. En su interior pueden verse las esculturas juveniles (1678) de Giacomo Serpotta, previas a la madurez posteriormente alcanzada en los más renombrados oratorios de Santa Cita y de San Lorenzo. En la decoración del oratorio también trabajó Procopio Serpotta, hijo de Giacomo, autor de las esculturas de la contra-fachada.
El edificio del oratorio, que en su origen se hallaba aislado, queda hoy adosado a las viviendas populares que han ido surgiendo a su alrededor. Frente a el estaba el segundo de los oratorios de San Mercurio (había tres en total), que colindaba con el conjunto de San Giovanni degli Eremiti, del cual ya no queda algún resto.
La fachada exterior del Oratorio de San Mercurio.
Desde el portal exterior del oratorio se accede al antioratorio, que es la antesala del oratorio. Entre los dos portales interiores queda la Tabella, donde se han ido apuntando los nombres de los Superiori que han dirigido la cofradía.
Sobre la Tabella hay un circulo donde se puede leer (en italiano): 'Rol de los Gobernadores de la venerable cofradía de Nuestra Señora de la Consolación bajo el titulo del Desierto y San Mercurio fundada en el año 1821'.
El antioratorio. Se ve la Tabella donde se enumeran los Gobernadores de la Cofradía que ha gestionado este Oratorio desde el año 1821.
El salón del oratorio
El oratorio es un edificio religioso reservado exclusivamente a los miembros de una hermandad, la Compañía de Santa María de la Consolación en este caso.
Los dos ejes del salón
En la pared de la contra-fachada estaba la mesa donde se sentaban los Superiori y desde la cual se organizaban las actividades seglares de la hermandad (la asistencia de las personas enfermas y necesitadas). La mesa de este oratorio, tallada en madera en el siglo XVII, ha sido substraída (robada) en la década de los '90 del pasado siglo.
El salón y la contra-fachada, donde se reconocen los dos portales que dan al antioratorio (los estucos de la contra-fachada, obra de Procopio Serpotta, se remontan al siglo XVIII).
Al otro lado de la sala está el presbiterio, desde el cual se oficiaban las funciones religiosas. Los miembros de la cofradía se sentaban en las dos bancas dispuestas a lo largo de las paredes laterales, lo que les permitía dirigir su atención hacia ambos ejes del salón (sin darse las espalda entre si).
La contra-fachada con los estucos de de Procopio Serpotta (siglo XVIII).
Las paredes laterales
Las tres ventanas laterales están enmarcadas por los estucos de Giacomo Serpotta. Los característicos angelitos, en su realización, aún no alcanzan la perfección formal de las obras posteriores del escultor.
La pared derecha.
Sin embargo ya se puede notar su tendencia a utilizarlos para mostrar los elementos alegóricos que se conectan con el tema del oratorio. En este caso se trata de San Mercurio de Cesarea, general del ejercito romano, por lo que algunos angelitos, en actitud jocosa, sostienen los objetos que son atributos del santo guerrero (coraza, escudo, casco).
La segunda ventana de la pared izquierda. Un angelito sostiene un escudo donde puede leerse la fecha de 1678, año de creación del aparato decorativo del Serpotta.
El presbiterio
El presbiterio se caracteriza por la presencia de un altar en madera cuidadosamente pintado en esmalte para aparentar ser de mármoles policromados. Esto era lo habitual en aquellas congregaciones que no tenían suficientes recursos financieros para poder permitirse un altar en mármol.
El presbiterio y el altar.
El cuadro de altar, obra de un pintor desconocido del siglo XVII, representa La Virgen con el Niño entrega a San Mercurio la Lanza Sagrada con la cual, según la leyenda, castigará al emperador Julián el Apóstata. Los frescos de las paredes representan las otras dos escenas más representativas de la iconografía del santo.
El altar del Oratorio de San Mercurio.
En la pared izquierda se representa La Decapitación de San Mercurio, que no quiso renegar su fe, en la derecha se representa La aparición milagrosa de San Mercurio, cien años después de su muerte, cuando con su lanza mata Julián el Apóstata, poniendo fin a las persecuciones de los Cristianos. En la bóveda, otro fresco representa San Mercurio en la gloria del Cielo.
El fresco de San Mercurio en la gloria del Cielo.
El embaldosado
Poder admirar el embaldosado es uno de los alicientes para visitar el oratorio. Este tipo de pavimentación estuvo en uso en las iglesias y los palacios de la capital de Sicilia durante todo el siglo XVIII.
Sin embargo, mientras en la mayoría de los palacios aristocráticos se mantuvo en buen estado de conservación, en las iglesias, donde se había alcanzado mayor nivel artístico, se fue deteriorando hasta desaparecer casi por completo.
Detalle de las pinturas con aves y plantas.
El arte ceramista de Sicilia
Las baldosas, un valioso ejemplo del arte ceramista de Sicilia, fueron pintadas y puestas en obra entre 1714 y 1715 por los ceramistas Sebastiano Gurrello y Maurizio Vagolotta. Los dibujos que sirvieron de patrón a los artesanos se atribuyen al sacerdote Giulio Di Pasquale.
Un detalle del embaldosado donde, en las baldozas de fondo azúl, se reconocen detalles (armadura, lanza, escudo) de la iconografía de San Mercurio.
Ubicación, Horario y Precio
Ubicación y Horario
El Oratorio de San Mercurio se encuentra muy cerca de la iglesia de San Giovanni degli Eremiti, en el Cortile San Giovanni degli Eremiti (ver ubicación). Abre todos los días desde las 10:00 hasta las 18:00.
En el mes de octubre, cuando es incluido en la manifestación de puertas abiertas Le Vie dei Tesori, queda cerrado entre semana para abrir solo el sábado y el domingo.
Precio
El precio del billete es de 3 € e incluye los comentarios, en italiano, de una guía local.
En el caso de haber visitado previamente el Oratorio de San Lorenzo, el acceso es gratuito. Por supuesto hay que mostrar el billete en la taquilla.
El cruce del Cortile San Giovanni degli Eremiti, a la derecha, con la Via dei Benedettini. Sen ven al fondo las cúpulas de la iglesia de San Giovanni degli Eremiti.
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