El Museo Arqueológico Salinas es el principal y más antiguo museo arqueológico de Sicilia. Su nombre está dedicado al arqueólogo y coleccionista de monedas antiguas Antonino Salinas, quien fue su director en el año 1873. El título de Museo Arqueológico se le aplicó en la posguerra (1949), cuando todas las colecciones de arte medieval fueron trasladadas al Palazzo Abatellis.
Toda la planta baja del museo, la única que abre al público con regularidad, orbita alrededor de los tres claustros que pertenecieron el antiguo convento (de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri). Se accede al primero de ellos desde el portal exterior que se abre en la Piazza Olivella (ahora se llama Piazza San Filippo Neri, pero Google Maps sigue llamandola Piazza Olivella).
El claustro y la fuente con la estatua de Tritón
Desde el pórtico que rodea este primer claustro, adornado con la estatua de Tritón sobre una fuente octagonal (se ve en todas las imágenes del museo), en un futuro cercano se accederá también a la primera y segunda planta del museo, cuya fecha de abertura aún se desconoce (ver escalera con puerta servicios).
Nuevo recorrido (año 2020)
El recorrido del museo ha sido modificado según las necesidades dictadas por la persistente pandemia de covid-19. No obstante la exposición de las colecciones sigue el criterio anterior.
Por ello las descripciones de cada sector del museo, presentes en esta página, también siguen como antes.
Por ejemplo las Colecciones del siglo XIX, expuestas en el pórtico norte (del claustro mayor), deberían de ser visitadas recorriendo su corredor en sentido horario, mientras el actual recorrido nos obliga a hacerlo en sentido antihorario.
Sin embargo el personal muestra cierta tolerancia (siempre que haya pocas personas) y, por ejemplo en la visita del corredor norte del claustro mayor, deja ir hasta el principio, donde se exponen los hallazgos más antiguos, para seguir hasta los que pertenecen a la época romana.
El claustro mayor
Bajando desde la escalera, que procede del primer claustro del museo, giraremos a la derecha y comenzaremos nuestra visita caminando en sentido antihorario, según el recorrido marcado por las nuevas reglas dictadas por la pandemia.
Sala Epigrafía
La primera sala expositiva, situada en la esquina suroeste, está dedicada a las inscripciones antiguas y a los estudios históricos que se fundan en ellas (epigrafía).
Nada más entrar pueden verse los Decretos de Entella (ciudad de los Élimos), unos raros documentos escritos sobre hoja de bronce y destinados a ser expuestos al público. Su época se remonta al fin de la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.) cuando, después de haber quedado despoblada la ciudad, sus habitantes pudieron regresar a sus casas.
Los Élimos, a los que Griegos y Romanos consideraban originarios de la ciudad de Troya, fueron los pobladores del poniente isleño. Al considerarse los Romanos también descendientes de los Troyanos, otorgaron a este pueblo grandes privilegios. Esto les permitió prosperar en la época romana.
Pórtico sur
En el pórtico sur del claustro se pueden ver varias inscripciones, todas en latín con la excepción de una inscripción en griego. A nivel del suelo se exponen varios sarcófagos en mármol, con sus relieves en muy buen estado de conservación. Todo este sector del claustro también está dedicado a la epigrafía.
En este mismo pórtico, cerca de la esquina sureste, se abre la entrada al sector del museo dedicada a los hallazgos procedentes de la ciudad de Selinunte, antigua colonia griega situada en la costa suroeste de la isla, en la provincia de Trapani.
Selinunte
El descubrimiento
El descubrimiento de las ruinas de Selinunte se atribuye al fraile dominico Tommaso Fazello di Sciacca quien, en 1551, recorrió la isla en búsqueda de vestigios de la antigüedad. A el se debe la identificación del lugar como las ruinas la antigua ciudad griega cuyo nombre, caído en el olvido, solo era noto a unos pocos eruditos.
Los viajeros del siglo XVIII
En el siglo XVIII las ruinas fueron visitadas por los viajeros franceses D'Orville, Saint-Non y Houel. Estos describieron e ilustraron con dibujos las ruinas, atrayendo la atención de varios estudiosos.
Las primeras imágenes difundidas
Otro viajero que contribuyó a divulgar la fama de la ciudad fue el pintor paisajista alemán Jacob Philipp Hackert. Las excavaciones de Selinunte, cuya área arqueológica es una de las más extensas de Sicilia (y de Europa), comenzaron en el año 1822 y prosiguieron hasta los años '60 del pasado siglo.
Selinunte después de los Griegos
La población de la ciudad fue evacuada por los Cartagineses durante la Primera Guerra Púnica (250 a.C.), cuando los Romanos ocuparon este territorio, y reubicada en Lilibea (la actual Marsala).
Hay evidencias de la existencia de un pequeño núcleo urbano surgido en el lugar durante la época romana y habitado hasta la edad media. Después de ser abandonada por el hombre, toda la zona fue recubierta por arena y vegetación manteniendo en muy buen estado de conservación sus vestigios.
La sala de las pequeñas metopas
Sorteada la sala de entrada, donde se exponen unos paneles informativos y una maqueta-reconstrucción de la ciudad de Selinunte, pasamos a la siguiente sala. Allí se exponen las llamadas pequeñas metopas.
El salón de las metopas
Desde la sala de las pequeñas metopas se accede a un gran salón donde se exponen las grandes metopas, procedentes de los templos C y E, además de unos grandes fragmentos de dos metopas del templo F. Otros hallazgos de interés, entre los demás expuestos en esta sala, son unas antiguas cerámicas (pintadas) de uso arquitectónico.
Las metopas son unas placas, decoradas con un relieve, que se utilizaban para cubrir el hueco entre las bigas del techo (de los templos) que descansaban en las paredes laterales.
En el salón también se exponen varios componentes arquitectónicos de los templos de Selinunte. En algunos se han recuperado, en parte, los colores originarios.
Los hallazgos de la necrópolis (de Selinunte)
Las siguientes 4 salas están dispuestas en sucesión y están conectadas entre si (se trata del sector del museo que colinda con la Via Roma).
En las cuatro salas se exponen los hallazgos de las necrópolis del área, además de otros valiosos elementos que ayudaron los historiadores a comprender mejor la antigua cultura Griega.
Entre ellos destacan algunos de los fragmentos que inspiraron las teorías de Jacques Hittorff, innovadoras para sus tiempos (primera mitad del siglo XIX), según las cuales los monumentos de la antigüedad estaban pintados de variados y vistosos colores (Restitution du temple de Empedocle à Sélinonte ou L'architecture polychrome chez les Grecs).
En la última sala, entrando a la izquierda, puede verse un mostrador que reúne hallazgos de varias épocas, comenzando desde el tercer siglo a.C., cuando los Romanos repoblaron la ciudad.
El claustro restaurado
Terminado el recorrido se cruza el tercer claustro del antiguo convento. Este sector fue parcialmente destruido durante la II Guerra Mundial. Después del restauro, recién finalizado, muestra una mezcla de antiguo y moderno. Aquí se encuentra el ascensor que subirá a la primera y segunda planta del museo (cuando estén abiertas).
La última sala
Desde el claustro restaurado se pasa a la última sala de la exposición dedicada a Selinunte, que antes era la primera. Luego se sale otra vez al claustro mayor
Pórtico este
El recorrido museal sigue a lo largo del pórtico este del claustro mayor.
La Sacerdotisa de Isis
En este sector se encuentra una estatua en mármol de una Sacerdotisa de Isis, hallada en el área arqueológica de la Iglesia de San Pancracio, en Taormina, iglesia que fue edificada sobre las ruinas del templo griego-romano de Júpiter Serapis.
En este sector del claustro pueden verse unos hallazgos procedentes de la provincia de Mesina (la ciudad del estrecho fundada por los Griegos en el año 757 a.C.).
Se trata de unas inscripciones, en lengua griega (esculpidas entre los siglo II a.C y I d.C.) y un fragmento de una escultura mayor, que se remonta a finales del siglo VI a.C. o principios del siguiente, en el cual se ve un león que caza un toro.
Pórtico norte
Bajo este pórtico se exponen las colecciones que pertenecieron a la Commissione di Antichità e Belle Arti, creada por el Reino de las dos Sicilias en el año 1827.
Las antiguas celdas del convento
Aquí se encuentran las más antiguas celdas del convento, transformadas en salas donde se exponen las colecciones del siglo XIX que, en un principio, pertenecieron a privados.
Al lo largo del pórtico norte se pueden ver varias estatuas que constituyen un importante legado de la antigüedad romana de Sicilia.
Entre ellas hay tres estatuas gigantes que representan Zeus (esta estatua procede del sito arqueológico de Solunte, el más cercano a Palermo, Zeus Ourios (protector de la navegación) y el emperador Claudio (la estatua de Claudio ha sido retocada con escayola durante su restauro en el siglo XIX).
Colecciones del siglo XIX
Las colecciones del siglo XIX quedan distribuidas a lo largo de 8 pequeñas salas, reunidas de dos en dos y separadas por los tres portales donde se exponen las estatuas gigantes. Se trata de coleccione privadas que con el paso del tiempo, a través de donaciones o adquisiciones, han ido a incrementar el patrimonio de este museo.
Todas proceden de excavaciones arqueológicas de siglo XIX, en su mayoría llevadas a cabo sin los criterios científicos que el fundador de este museo, Antonio Salinas, logrará introducir en Sicilia a partir del año 1865.
Legados de la cultura fenicia de Sicilia
En las primeras dos salas se muestran tres legados de la civilización fenicia, de momento los únicos que los visitantes pueden ver, pues la sección dedicada a los Fenicios está en la segunda planta del museo que aún no está abierta.
Busto de hombre (VI siglo a.C.)
En la primera sala puede verse el torso de una estatua de hombre que fue hallada, el día 13 de julio de 1933, en lo Stagnone de Marsala (una laguna que rodea la colonia fenicia de Motia).
Los Sarcófagos de la Cannita (siglo V a.C.)
En la sala contigua se exponen los Sarcófagos de la Cannita, los únicos sarcófagos fenicios enteros que hay en Sicilia. Ambos proceden de las cercanías de la ciudad de Solunte en la cual fueron hallados, uno en el 1695 y otro en 1725. Ambos se remontan al siglo V antes de Cristo.
Los relieves muestran dos figuras femeninas, una cubierta con un vestido drapeado y sujetando, en la mano izquierda, un frasco de ungüentos, la otra con un vestido de tela lisa y los brazos distendidos.
La Colección Fagan
La tercera sala está dedicada a la colección creada por el británico, de origen irlandés, Robert Fagan, cuya actitud, más cercana a la de un saqueador de tumbas que de un estudioso, hizo madurar en la opinión pública de Sicilia la necesidad de proteger su patrimonio arqueológico. Fue entonces cuando se crearon la Commissione di Antichità e Belle Arti y el Regio Museo Archeologico di Palermo, el predecesor del Museo Salinas.
El Decreto de proxenía
Una de las piezas más importantes de la Colección Fagan es, sin duda, el Decreto de proxenía. En este relieve se muestran Apolo, que representa la ciudad Apolonia, y Atenea, que representa la ciudad de Atenas. Esta última entrega la corona de laurel al Próxeno Sochares, como reconocimiento a su labor (la más parecida a la que hoy le corresponde a un Embajador).
La ciudad de Tíndaris
La cuarta sala muestra hallazgos procedentes de la ciudad de Tíndaris, algunos de los cuales ya hemos visto en la imagen a principio de este apartado.
Hallazgos de 4 necrópolis de Sicilia
Las siguientes 4 salas muestran hallazgos de algunas necrópolis (Tíndaris, Randazzo, Centuripe y Agrigento), joyas, vasijas y unos fragmentos de templos (en los cuales se pueden ver trazas de las pinturas utilizadas para su decoración).
Después de haber recorrido el sector norte del claustro mayor se da por terminada la visita del museo.
Horarios y Precios
El Museo Arqueológico Antonio Salinas abre al público de martes a sábados desde las 09:00 hasta las 18:00; los domingos y festivos desde las 09:00 hasta las 13:30. Los lunes el museo permanece cerrado. La entrada cuesta 6€.
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