La puerta de la ciudad que se abre al paseo marítimo
Una puerta con dos caras distintas
La Porta Felice se encuentra al final de la calle más importante y antigua de Palermo, la Via Vittorio Emanuele. Está aislada de otras construcciones, lo que permite verla desde todos los ángulos en buena perspectiva. Abierta por primera vez al transito en 1637, es por antonomasia la conexión entre la ciudad y su paseo marítimo, el Foro Italico.
La Porta Felice, al final de la Via Vittorio Emanuele.
La cara exterior y la cara interior de la puerta muestran diferente aspecto, además se pueden observar en ellas dos diferentes estilos arquitectónicos. Otra diferencia entre las dos caras es el material de construcción utilizado, cálida piedra caliza para la cara interior y mármol gris, más resistente a las inclemencias del clima, para el exterior.
La cara interior de la puerta
La cara interior, por donde se comenzaron las obras de construcción en el siglo XVI, es más fiel al proyecto originario. Su arquitectura está ligada al manierismo, de moda en Italia a finales del '500, que marca la transición desde el estilo renacentista tardío al barroco.
La cara interior de la Porta Felice vista desde la Piazza Santo Spirito, la plaza desde la cual se sube a las Mura delle Cattive, el paseo-mirador que transita sobre la muralla del barrio al cual pertenece, la Kalsa.
En esta cara ambos pilares se muestran como dos edificios emparejados por su simetría y por los contrafuertes superiores cuya función, abandonado el proyecto inicial, ya no es funcional si no decorativa.
En el proyecto inicial la puerta iba a tener cobertura. Mientras para la Porta Nuova, al otro extremo de esta misma calle, se optó por una cobertura en forma piramidal, para la Porta Felice se prefirió un techo de cúpula. Sin embargo, debido a los retrasos en las obras, se dejó la puerta sin su techo.
La Porta Felice vista desde el jardín frente al Loggiato San Bartolomeo. El pilar norte de la puerta, el que vemos en primer plano, no es el original si no el producto de una reconstrucción en la posguerra.
La cara exterior de la puerta
La cara exterior fue diseñada por los arquitectos Mariano Smiriglio (el mismo que dirigió la construcción de los Quattro Canti), Pietro Novelli (más conocido por su trabajo de pintor) y Vincenzo Tedeschi (cuyo hermano Gregorio esculpió algunas de las estatuas de los Quattro Canti).
Las obras fueron llevadas a cabo pocos años después de la construcción de los Quattro Canti. Por ello ambos pilares muestran, en su estructura exterior, varias analogías con el más conocido conjunto barroco .
La cara exterior de la Porta Felice, vista desde la acera de enfrente.
A la altura de la calle, en ambos pilares, hay una fuente. Sobre ella, en el primer cuerpo, se ve un nicho decorado con una estatua inspirada en la antigüedad clásica. En el remate superior resalta el emblema de la monarquía flanqueado por los del virrey y de la municipalidad (estos últimos faltan en el pilar norte reconstruido en la posguerra).
La cara exterior de la Porta Felice con el Palazzo Butera, a su izquierda, y el Loggiato San Bartolomeo, a su derecha.
En las esquinas externas de ambos pilares están las estatuas de Santa Cristina (pilar sur) y de Santa Ninfa (pilar norte).
El pilar sur de la puerta
La Porta Felice tiene en su interior unas oficinas de propiedad del Ayuntamiento y una escalera que permite subir hasta la terraza situada sobre el tercer cuerpo de cada edificio.
El pilar sur, orientado hacia el barrio de la Kalsa, abre al público durante todos los fines de semana del mes de octubre, y el primero del mes de noviembre.
Uno de los muchos rellanos de la escalera que sube hasta la terraza del pilar sur de la puerta.
Al interior se encuentra una escalera que permite subir hasta la segunda planta, donde se encuentra una terraza orientada hacia el Foro Italico y el mar.
Vistas del Foro Italico desde la terraza del pilar sur. La estatua representa Santa Cristina.
Algo de historia
Las obras de construcción comenzaron en 1582 cuando, durante el virreinato de Marco Antonio Colonna, fue terminada la última prolongación de la Via Vittorio Emanuele, la que llega hasta la muralla. En esta misma época el Colonna hizo construir también la Porta Nuova, con la cual quiso conmemorar la victoria naval de la Batalla de Lepanto, donde participó como capitán general de la flota pontificia.
Sin embargo mientras la construcción de la Porta Nuova se finalizó en seguida, los trabajos de creación de la Porta Felice se demoraron hasta bien entrado el siglo siguiente.
La Porta Nuova (cara exterior), al otro extremo de esta misma calle. Su anchura es más reducida de la Porta Felice y no permite el paso de dos carruajes a la vez. Fijarse como se llega a ver el mar al final de la Via Vittorio Emanuele
La puerta es abierta por primera vez
En el año 1637 la puerta fue oficialmente abierta aún faltando la cobertura en forma de cúpula que inicialmente cabía en el proyecto, pero que al final fue descartada. Así la puerta quedó formada por dos pilares separados entre si por la anchura suficiente como para permitir el paso de dos carruajes a la vez.
Doña Felice Orsini
El Senado de Palermo, que ya había llamado Strada Colonna el paseo marítimo, quiso mantener el nombre de este virrey unido a el de su esposa, doña Felice Orsini. Por ello la puerta fue bautizada como Porta Felice.
Desde el siglo XVIII al XX
Con la llegada de los Borbón a Sicilia, en el siglo XVIII, el paseo marítimo pasó a llamarse Foro Borbonico. Sin embargo se mantuvo el nombre de la puerta, que ha llegado hasta nuestros dias sin padecer esos tan frecuentes cambios de nombres en la toponimia local.
El nombre actualmente en uso, Foro Italico, se remonta al 1848. El nombre fue cambiado por tercera vez en el año 1900 en Foro Umberto I, pero este nombre no suele utilizarse.
El pilar norte
El pilar norte.
Durante la II Guerra Mundial el pilar norte, el que se encuentra orientado hacia el puerto de la Cala, fue destruido durante el mismo bombardeo que dejó en ruinas el colindante Hospital de San Bartolomeo. Gracias a las numerosas imágenes fotográficas se hizo posible reconstruirlo fielmente a su aspecto originario.
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